Han sido unos días frenéticos de visitas, reuniones, exposiciones y presentaciones.
Para los amantes de la viña y de la calma que se respira en las labores diarias de la bodega, esta hiperactividad nos resulta sorprendente. Sin embargo y pese al cansancio que acarrean 4 días de feria, la sensación final ha sido de satisfacción.
Nuestros "hijos" ya empiezan a andar solos y ¿Qué puede haber más satisfactorio para un padre que ver crecer y desarrollarse bien a sus hijos?
Pues esa es nuestra sensación, la de unos padres orgullosos de unos hijos que se defienden bien en el terrible mundo de la competencia.
